Domingo 19 de julio.
Atrás el Canal
Itinerario: Colombiers-Opidum Enserune-
Túnel de Malpas-Capestang-Abadía de Fontfroide-Leucate playa.
Pernocta: Area de Leucate Playa
(42.90022 N; 3.05273°E)
Escribo todo esto el lunes
a las 20 horas, en un sitio delicioso, en Latour Pas Elne (42.59972N,
3.00678E). Es una área privada, sobre hierba, ajardinada y muy agradable. 10
euros la tarifa de 17 horas a 10 con electricidad incluida. Pero, hace un calor
infernal. En los veintitantos días que
empleamos el verano pasado en
viajar por el Sur de Italia, incluida
Nápoles y Pompeya, y recorriendo la isla
de Sicilia no llegamos a pasar el calor que estamos pasando por aquí. Recuerdo
solo dos noches en que nos dormimos con el enfriador y un día de especial calor
mientras visitábamos Pompeya. Pero durante
este verano llevamos ya cuatro días seguidos desde que salimos de Minerve. Ahora estamos mejor en el interior de
la autocaravana que fuera. El termómetro marca 37ºC en el exterior, mientras
que dentro baja a 33ºC. Añadimos la acción del enfriador y estamos
más cómodos. Esperamos que cayendo la
noche podamos disfrutar fuera del frescor del lugar.
Pero vuelvo al domingo.
Tras pasar una noche agradable y desayunar, decidimos acercarnos a
Opidum Enserune. No lo tenía en la ruta, pero
leímos que había una vista espectacular, así que intentamos ir. Y digo
intentamos porque desde Colombiers nos topamos con una carretera excesivamente
estrecha para nuestro gusto, así que ponemos rumbo directo a Capestang, pero
justo en nuestro camino nos encontramos con una señal que nos dirige de nuevo a
este lugar y decidimos seguirla. El firme de la carretera no es muy bueno pero aceptable,
como su ancho, y además, nos encontramos también con una indicación hacia el
tunel de Malpas, punto a visitar que sí tenía anotado en nuestra ruta.
Seguimos hasta un aparcamiento donde nos encontramos con una camper que
aparentemente había pasado allí la noche disfrutando de una hermosa panorámica.
Ascendimos por una escalinata y efectivamente,
las vistas desde esta colina son muy hermosas, pero lo que nos llama la atención
especialmente es la forma de unos cultivos al pie de esta colina. Hay un círculo
dividido en 4 partes y radios que se estiran hacia el exterior casi hasta tocar
el Canal de Midi.
Es algo que nunca antes
habíamos visto e ignoramos a qué obedece esta curiosa disposición. Oigo a una
señora que habla en castellano y muerta de curiosidad, la pregunto. Nos explican
que lo que vemos era una laguna desecada para poder ser cultivada y esa es la
mejor manera de posibilitar su drenaje
continuo. Muy curioso…
En esta misma colina hay unas ruinas de una ciudad galo romana, pero leí que
su precio no justificaba lo que había, así que decidimos dirigirnos hacia el Túnel de Malpas.
Una señal a nuestra izquierda nos desciende al túnel del Malpas por una estrecha
carretera; luego encontramos una curva cerrada a la izquierda y una pequeña explanada
que se abre a la derecha. Ninguna señal. Es entonces cuando coincidimos con el
mismo grupo que estaba en la colina y, como no, preguntamos. Responden que es
allí donde se deja el coche y que ellos se dirigen al túnel. Tuve la precaución
de anotar las coordenadas del aparcamiento: 43.30866N, 3.12798E.
De aquí dejamos una señal
de prohibición de circulación que pone “sauf
avant droit” y una senda nos deja en la
entrada del túnel.
Espectacular. Este túnel del Canal de Midi de 140 metros, fue excavado en 1679 bajo la
colina de Enserune. Por debajo de él, pasa la línea del AVE francesa. El túnel
tiene una pasarela por la que andamos hasta salir al otro lado. Nos explican que
un cabestrante a la salida servía para
tirar del barco ya que las mulas no podían hacerlo aquí.
Les agradecemos su información y reconocemos que a lo mejor sin
ellos, no lo habríamos encontrado ya que no había ninguna señal. Es curioso que
en este país señalicen mucho determinadas cosas y que no lo hagan con otras,
como esta, que realmente merece la pena.
Ahora ya ponemos rumbo definitivo a Capestang.
Aparcamos en la carretera fuera de la ciudad y nos dirigimos al centro aunque primero
encontramos el castillo en el que visitamos su salón de gala cuyo techo del
siglo XV ofrece unas magnificas
pinturas.
Desde aquí buscando la colegiata de Sant Etienne encontramos una
plazoleta animada con música brasileña y con puestos de todo tipo, desde
comestibles hasta ropa y antigüedades. Encontramos la colegiata por detrás de esta animada plaza. La iglesia
tiene unas magníficas proporciones. Gótica, del siglo XIV aunque inacabada. Un
perro dentro de ella llama nuestra atención. Parece que ha buscado el frescor
de su interior para resguardarse del calor que aprieta. Y no somos los únicos a
los que les sorprende. Él disfruta tumbado en sus frescas losas.
Ahora ya ponemos rumbo directo a la Abadia
de Fontfroide a donde llegamos alrededor de las 14 horas. Aparcamos bajo
la sombra ya que el calor no nos daba tregua.
Esta Abadía fue fundada en el siglo XI por monjes benedictinos y
en el siglo XII se vincula a la orden
cisterciense. Fue muy potente, sin duda una de las mayores de la cristiandad y
gracias a las muchas donaciones su riqueza fue en aumento. Llegó a tener 80
monjes y casi 300 hermanos laicos.
La llegada de la nueva religión, la albigense o cátara, hace que
esta abadía tenga que participar activamente así que los monjes abandonan el
claustro para predicar y convencer a la gente de que permanezcan fieles a la
iglesia católica. Sin embargo el catarismo crece ganando impulso y el asesinato
de un monje de esta abadía, precipita la cruzada albigense.
La historia se detiene abruptamente en el XIV, y ya la Revolución francesa
pone fin a la vida monástica. En el siglo XIX vuelve a ser ocupada por algunos
monjes cistercienses pero no tienen medios para su restauración. Es a principios
del siglo XX cuando el matrimonio Fayet compra la abadía, la restaura y
reforma.
A través de unas monumentales puertas accedemos a un patio de honor construido en el XVII junto a los jardines.
Durante la visita podemos
observar las reformas que fueron realizadas, sobre todo en el exterior. Los
edificios más antiguos datan de finales del XII. Así entramos al refectorio y a
la bodega.
El claustro, construido en dos partes y dominado por el hermoso
campanario, es sencillo y muy armonioso. Sus galerías son abovedadas y en el centro un
hermoso jardín con rosas al que se abre la sala capitular, sobria e imponente.
Arriba visitamos el dormitorio de los monjes y una vez abajo de
nuevo, accedemos a la iglesia de la que sale una deliciosa música. Durante el
periodo estival parece que se realizan
conciertos, tanto en el refectorio, donde tienen lugar los de menor entidad,
como en la iglesia, donde el montaje es bastante contundente, con cuatro
cámaras de televisión y un escenario donde dos músicos ensayan con sus
flautas. Su construcción, como siempre,
respeta la cruz latina y cinco capillas del XIV se abren en su colateral. Las
vidrieras actuales que admiramos son del siglo XX.
Salimos luego a su jardín de rosas del que seguro que hubiéramos
disfrutado más si la temperatura hubiera sido más agradable. Junto a él hay otro de mayor tamaño,a la sombra,
construido en terrazas y por donde hay distribuidas estatuas, jarrones de
mármol y la fuente de Neptuno, pero pese a estar a la sombra, el calor se deja
notar, y bastante.
Ahora, inquieta, nos dirigimos a buscar el lugar donde vendían las
entradas para los conciertos. Nos habían dicho que por la tarde dirigía Jordi
Sabat, y nos parecía un lujo disfrutar de él y en este lugar tan especial. En
principio nos dicen que es a las 18 h y que cuesta 16 euros cada entrada, pero
nos decepcionamos cuando nos dicen que no es Jordi Sabat si no un alumno suyo y que el concierto de Sabat está
previsto a las 21,30 con una duración de dos horas. Les confesamos que nuestro
principal problema es pasar la noche ya
que está expresamente prohibido la pernocta para autocaravanas en el aparcamiento
del monasterio, pero nos responden que a esas horas nadie se va a preocupar por esto y que incluso
puede terminar mucho mas allá, sobre todo cuando va a haber vehículos retirando
materiak, así que elegimos sitio entre el público, (nos pareció estupendo el
lugar) y cuando vamos a pagar...eran 90 euros.
Y sinceramente, no somos tan melómanos como para, primero esperar
hasta las 21,30, después, asistir a un concierto de más de dos horas para irnos a la cama posiblemente más allá de la media noche y por último, y como colofón, pagando esa
cantidad. Nos pareció ya mucho, así que desistimos y pusimos rumbo a Leucate
playa, al area de autocaravanas (42.90022N, 3.05273E)
Allí encontramos dos enormes aparcamientos, uno en la misma
playa y con vistas a esta aunque apenas
quedaban plazas libres, y otro frente a este,
con mucho espacio así que no tuvimos dudas. Prefiriamos que el aire
corriera a estar todos pegaditos pese a estar a 100 metros más de la playa. 14
euros todo comprendido, pero un secarral. Nos instalamos y nos acercamos a la
playa a eso ya de las 19 horas.
Nos dimos un estupendo baño, cargamos agua y disfrutamos de una
ducha. Angel dijo que no le apetecía ir a cenar fuera, así que sacamos nuestras
sillas y dimos cuenta de nuestra propia
comida al aire libre. Por la noche se levanto una ligera brisa que nos permitió
dormir sin mayores problemas.
Lunes 20 de julio.
Retazos de historia española
Itinerario: Leucate Playa-Fortaleza de Salses-Elne-Latour Pas Elne
Pernocta: Area privada en Latour Pas
Elne (42.59972N, 3.00678E)
Me despierto, llamo a David y luego me vuelvo a quedar dormida.
Alrededor de las 9 me levanto y abro ventanas y puerta. Estoy en camisón y Angel
aun en la cama cuando vemos acercarse a un policía municipal. Se dirige a nosotros y obligada por las
circunstancias tengo que atenderle yo, medio dormida, despelujada y en camisón.
Menos mal que no era francés y hablaba un castellano perfecto porque no sé si
le hubiera entendido a la primera. Tan
solo deseaba comprobar nuestro ticket de
estacionamiento que no habíamos puesto en el parabrisas. Comprueba que todo está
correcto y se despide amablemente de nosotros.
Y a eso de las 10 nos fuimos a la playa. Soplaba un fuerte viento
que luego se calmó algo. Es de arena gruesa con casitas bajas en sus proximidades. El agua está clara y limpia y no hay mucha gente. Un lugar muy agradable y recomendable. Solo nosotros, los
españoles, hemos conseguido destrozar nuestra costa cubriéndola
de ladrillo y con esas construcciones mastodónticas e impersonales que
consiguen disuadir a todos aquellos que buscamos lugares menos masificados.
Allí estuvimos gozando de la tranquilidad, de un agua fresca pero
estupenda y de un magnífico sol hasta después de las 12,30h en que decidimos
regresar, darnos una ducha y como la temperatura no era muy alta y se podía
estar perfectamente dentro, decidimos por la hora, comer allí y descansar para
después, a eso de las 14,30 horas partir hacia la fortaleza
de Salses. (42º50’19.74”N; 2º55’11.30”E)
Una señal nos deja en el aparcamiento cercano. 2 euros, pero a la
sombra porque el calor no daba tregua. La fortaleza de Salses, esplendida.
Merece una visita.
En el siglo XV, es el rey Fernando el Católico el que decide
reconstruir esta fortaleza para hacer un fuerte defensivo y una base de
operaciones ofensivas. Pero a lo largo
de la historia va perdiendo la superioridad
militar que su arquitectura innovadora le proporcionaba originariamente y debe
su supervivencia al coste prohibitivo de su destrucción.
Atravesamos un puente y la puerta rodeada por dos torres cilíndricas
macizas que enmarcan lo que podría ser los escudos de armas de España y que la
erosión ha borrado para acceder a un patio cuadrado rodeado en tres de sus
cuatro lados de un pórtico con soportales que dan acceso a la capilla y a las
caballerizas rematadas por tres niveles
de altura en los que se encontraban los cuarteles para la tropa. En el
centro se encuentra un pozo.
Podía albergar a 1500 hombres y un centenar de caballos. Allí
esperamos a nuestro guía, pero una señora nos envía hacia arriba a una parte de
la muralla donde ya hay otra persona que ha iniciado la visita.
Así nos unimos a un nutrido grupo que escucha a un guía entrado en
años con apariencia de motero que va dándonos paso de una sala a otra p en lo
que es el torreón y que en su día fue el puesto de mando sirviendo como
alojamiento para el Gobernador. Así se pueden contemplar las chimeneas,
fregadores, letrinas, ventanas con bancos laterales, etc., conteniendo a su vez numerosas troneras y un
dispositivo de comunicaciones internas que facilitaban el mando.
Pero el guía resulta una auténtica pesadilla. En ver dos o tres
salas de la torre, desnudas casi por completo de cualquier tipo de mobiliario,
ha empleado casi una hora, en un perfecto francés y nosotros aburridos, ya que
ni siquiera teníamos una breve hoja en castellano que nos permitiera amenizar
tan arduas explicaciones –que a lo mejor hasta eran interesantes- . Angel le
llamaba “Sor Benedicta”, en recuerdo de la monja que nos hizo de guía en San
miguel de Cuixa y que también se hizo pesada, pero este…, batió el record, porque
después de visitar estas dos o tres salas, quedó la mayor parte de esta
fortaleza: las cuadras, capilla, cocinas...Me cuesta trabajo comprender como no
disponen de unas hojas con traducciones
a varios idiomas que hagan seguir la visita guiada a los que no hablamos
francés, estando además, tan cerca de la frontera española.
Así, permanecer de pie por tiempo prolongado en salas desnudas
escuchando a un señor al que no se entiende nada de nada parece más un castigo
por no entender su minoritario idioma, que otra cosa.
Esta fortaleza presenta una visión espléndida desde el exterior.
Combina la piedra y el ladrillo y de su poder dan fe los inmensos muros que la
bordean rodeados por un foso inundable. Es armoniosa y si bien parece faltarle la elegancia francesa de por
ejemplo, Carcasona, tiene la belleza de la sencillez y la austeridad tan
castellano-aragonesa.
Su arquitectura es majestuosa y leemos que esta fortaleza es un
verdadero ejemplar de transición entre el castillo medieval y el fuerte
moderno, geométrico y enterrado en el suelo. Su innovación se debió a la
necesidad de adaptarse al desarrollo de la artillería. Las enormes balas de piedra tiradas desde
poca distancia se rompían sobre las murallas sin dañarlas. A mediados del XV la bala metálica no se
rompía y conseguía desmembrar las altas cortinas medievales. La bala de hierro
es más pequeña y se dispara por cañones de tamaño más reducido, por tanto, más
fáciles de desplazar.
Así, en Salses, las murallas tienen de 6 a 10 metros de grosor y
están enterradas hasta media altura en una fosa inundable. Aunque esto reduce el campo de tiro de las
troneras, se compensa por que su número se multiplica. .Tiene de tres a siete
niveles comunicados por laberintos. El dispositivo de defensa está dividido en
tres partes autónomas, la común en torno al patio cuadrado, el reducto que agrupa los órganos
vitales de la fortaleza y el torreón que domina el conjunto y alberga la casa
del gobernador.
Con un calor de justicia dejamos esta impresionante fortaleza para
dirigirnos hacia Elne a visitar el claustro
románico de su iglesia. Por la hora le sugiero a Angel que vayamos
directamente a buscar un sitio para descansar, pero dice que intentemos la
visita antes.
Así llegamos a Elne alrededor de
las 18,30 y sin cesar el calor, ascendemos a la parte alta donde se encuentra
la iglesia que a esta hora está cerrada, así que ponemos rumbo a Argeles Sur
Mer, a un área que teníamos localizada junto
a la playa, pero al llegar allí -por cierto, una bonita y elegante localidad-
nos encontramos que el aparcamiento, junto a un camping, cierra a las 18 y ya
no abre hasta la 9 de la mañana, así que damos la vuelta y ponemos rumbo a Latour pas Elne
, a un área para autocaravanas (42.59972N, 3.00678E) de la que leemos que es la
mejor de los alrededores.
Y llegamos a un sitio encantador, ajardinado y sobre cesped, lo único
es que ya no quedan sitios a la sombra de las palmeras y nos tenemos que
conformar con estar a la sombra de una adelfa aunque la temperatura y el sofoco
es tal, que se está mejor dentro que fuera. Así, casi escondidos de este
sofocante calor dentro, esperamos a que
caiga un poco más la tarde para poder salir y es que superamos los 36ºC y no se
mueve una hoja. Nos acogemos a su precio especial de 17 a 9 horas por 10 euros.
Martes 21 de julio. Regresamos.
Itinerario: Latour pas Elne-Gorges de la Fou-Amelie les Bains Palalda.
Pernocta: Amelie les bains palalda (42.47887N, 2.67397E
Por la noche no bajó mucho más la temperatura obligándome a usar
el enfriador para conciliar el sueño y es solo a partir de las 6 de la mañana cuando el
fresco de la madrugada me despierta. Me vuelvo a dormir y me despierto sobresaltada
a las 8,30. ¡Ya no llego a hablar con David!. Me levanto. Si el día amenaza con
ser como el de ayer, en poco tiempo no podremos estar aquí, así que después de desayunar ponemos
rumbo de nuevo a Elne de la que nos separan
a escasos 7 km.
Y hoy sí que encontramos abierto el claustro, conocido sobre todo por sus esculturas
románicas aunque también contiene numerosas góticas, y accedemos a él.
Y nos sorprende su belleza. En varios de mis relatos he confesado
la especial atracción que el románico
ejerce en mí, pero el románico francés…
es especial. Carece de esa oscuridad que caracteriza al español. Aunque es sobrio y sencillo, es
más luminoso y alegre a lo que si sumamos el delicioso cultivo de flores en el
centro de los claustros, el conjunto resulta delicioso, ya que los
contrastes de los colores juegan un
papel fundamental.
Las diferentes etapas en las que se construyó este claustro apenas se diferencian y van desde el siglo XII
hasta principios del XIII. También tuvo un piso superior del XIV que fue
destruido en el siglo XIX.
Los fustes de las columnas están delicadamente trabajados y el
centro está ocupado por un bonito jardín ahora con rosas, que no era accesible
por ninguna puerta.
La galería Sur desarrolla temas vegetales y animales. La Norte mezcla
capiteles románicos con góticos. La Oeste es un duplicado de la Sur y la Este
es de estilo gótico decorada con escenas de la infancia de Cristo y de la pasión.
Si no es por lo que leo, no consigo distinguir
estas diferencias. La armonía y sencillez hacen que todo el conjunto parezca
uno y no desentone nada.
Una portada del siglo XIV en mármol blanco y rojo da acceso a la
iglesia. Aquí sí que mis ojos son capaces de descubrir distintos periodos de
construcción y algunas modificaciones que
ha sufrido a lo largo de los años, como por ejemplo, cómo las columnas están
levemente inclinadas hacia el interior, hacia la nave central y me llama
poderosamente la atención la belleza y estética de una pila bautismal.
Dejamos Elne para poner rumbo a lo que será nuestro último destino
en este país, las Gorges de la Fou (42 27'25.74”N, 2 36'42.11”E)
Se trata de la garganta más estrecha del mundo esculpida en la
piedra por la erosión del rio La fou, antigua palabra catalana que significa
precipicio. Este cañón tiene una profundidad de 200 a 250 metros y en algún tramo su amplitud llega a ser
menor de un metro. Y como siempre las leyendas del lugar cuentan que aquí
habitaban brujas y genios malvados.
Aunque el acceso por
carretera parece estrecho, se cabe y el trayecto hasta el aparcamiento de
autocaravanas es muy corto. Cuesta 10 euros recorrer una longitud de 1,7 km
(3,4 ida y vuelta) a través de una pasarela metálica de un kilometro y medio. A
la entrada nos dan un casco de uso obligatorio aunque todo el trayecto está
cubierto con mayas y redes metálicas que impeden que cualquier desprendimiento
llegue a la pasarela por la que transitan
los visitantes.
Así nos internamos en un profundo y oscuro cañón donde el frescor
es lo primero que nos sorprende. Con temperaturas que superan los 35ºC, bajar a
16ºc es algo maravilloso.
Por debajo de nosotros el agua cristalina sigue fluyendo y en
nuestro recorrido vamos descubriendo la rica flora del lugar. Hay carteles que
lo explican ofreciendo el nombre en francés, catalán así como su nombre científico. Helechos, muchas
especies de helechos de distintas formas, colores y tamaños tapizan las paredes
de roca que nos franquean el paso aunque están mezclados con otro tipo de
vegetación también de especies muy variadas. Esto es como un invernadero.
Atravesamos estrechos pasadizos que casi son cuevas, otros donde
la luz entra más e ilumina hasta el agua,
otros donde el agua gotea lentamente desprendiéndose desde la roca hasta
el rio.
Desde el interior de esta estrecha garganta se puede sentir la
fuerza y la energía que desprende este lugar tan peculiar.
Una hora y media después salimos de este “submundo” para volver al
real, donde el calor y el color amarillo sustituyen al fresco y al color
verde. A las 14,30h nos disponemos a buscar un lugar donde poder
pasar la noche, y no nos planteamos regresar a la playa por el intenso calor,
pensando que aquí, en los pirineos, la
temperatura será más fresca.
Lugar
que encontramos en Amelie les Bains Palalda (42.47887N, 2.67397E) en el camping
Amelia ya que el área que está unos
metros por encima de este lugar parece un
lugar algo desolado y el precio del camping es más que aceptable. Si en
principio vemos 17€, luego sin electricidad se queda en 9,5 así que decidimos
quedarnos.
Es una
explanada entre el rio y la carretera, arbolada, aunque poquito, pero muy
agradable y tranquila donde estamos desde las 15,30, ahora a las 20 horas,
después de comer aquí y echarme una siesta de casi una hora. Las instalaciones son justas, pero modernas y
limpias. Aquí esperaremos la noche deseando que refresque para mañana entrar ya
en España y posiblemente quedarnos un día en un camping de Saint Pere Pescador.
Si bien no comulgamos nada de nada con la política de este municipio contra las autocaravanas, (hace años envié un
correo electrónico a su alcalde, correo que nunca fue respondido) también es cierto que uno de sus camping del
que no digo el nombre conscientemente para no hacerle una publicidad que no
merece, es una delicia de paz, ocupado en su gran mayoría por alemanes y con la
playa tranquila en el mismo camping.
Así,
intentaremos pasar un día de playa, para el jueves, un día antes de lo
previsto, llegar a Madrid dando por terminado este periplo francés en el que
hemos mezclado arte, cultura, naturaleza e historia.
Miercoles 22 y jueves 23 de julio. Concluimos
Y tal y
como pensamos, así salió. Después de un día tranquilo de sol y playa, marchamos del camping el jueves
día 23 de julio por la mañana rumbo a Boadilla a donde llegamos por la tarde
Anterior
(ir a la parte superior izquierda de la página:
"El líquido elemento"):
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